viernes, 14 de junio de 2013

Te busco, Belli - Seleccion Alberto Diaz Hermelo



Sola yo, amor,
y vos quién sabe dónde;
tu recuerdo me mece como al maíz el viento
y te traigo en el tiempo,
recorro los caminos,
me río a carcajadas
y somos los dos juntos
otra vez,
junto al agua.
Y somos los dos juntos
otra vez,
bajo el cielo estrellado
en el monte,
de noche.
Yo, amor, he aprendido a coser con tu nombre,
voy juntando mis días, mis minutos, mis horas
con tu hilo de letras.
Me he vuelto alfarera
y he creado vasijas para guardar momentos.
Me he soltado en tormenta
y trueno y lloro de rabia por no tenerte cerca,
en viento me he cambiado,
en brisa, en agua fresca
y azoto, mojo, salto
buscándote en el tiempo
de un futuro que tiene
la fuerza de tu fuerza.

martes, 11 de junio de 2013

¿De qué modo te quiero?, Barret - Seleccion Alberto Diaz Hermelo



¿De qué modo te quiero? Pues te quiero
hasta el abismo y la región más alta
a que puedo llegar cuando persigo
los límites del Ser y el Ideal.

Te quiero en el vivir más cotidiano,
con el sol y a la luz de una candela.
Con libertad, como se aspira al Bien;

lunes, 10 de junio de 2013

Desamparo de los crepúsculos, Barba - Selección Alberto Díaz Hermelo

       

        Huyo de aquel dolor que me hizo un día
        bajo el misterio incógnito del cielo
        sangrar el alma silenciosamente...
        ¿A qué desde las áridas riberas
        tender la vista al horizonte? -El claro
        beso de luz en la extensión naufraga-
        y antes de que la sombra me circuya,
        apagaré mi espíritu intranquilo
        en el fulgor violeta de la tarde...

domingo, 9 de junio de 2013

Centinela, Aub - Seleccion Alberto Diaz Hermelo



Soy centinela:
espero la primera luz del día
para dar la orden de ataque.
De pronto creo posible,
hoy de que no salga el sol
y que la noche se vuelva
eternidad eterna.

¿Qué debo hacer?
dime, Javé.
Porque parece
que así va a suceder:
-Dime Javé, ¿qué debo hacer?
El tiempo está pasando en vano.
El horizonte no aparece.
-Dime, Abraham ¿qué debo hacer?

sábado, 8 de junio de 2013

Muñeca rota, Atencia - Selección Alberto Díaz Hermelo

   

    ¡Qué me intenta decir tu deterioro? Vente,
    muñeca frágil y doliente y herida,
    sin faldones que cubran tu cuerpo descompuesto,
    sin un alma mecánica que te cubra, desastre
    de los años y el trato.
    No me aparté de ti; nos apartaron
    convenciones y usos: no era propio quererte,
    y hoy pienso que otras manos te han mecido en exceso.

jueves, 6 de junio de 2013

El agua, Arteche - Seleccion Alberto Diaz Hermelo

   

    A media noche desperté.
    Toda la casa navegaba.
    Era la lluvia con la lluvia
    de la postrera madrugada.
    Toda la casa era silencio,
    y eran silencio las montañas
    de aquella noche. No se oía
    sino caer el agua.

    Me vi despierto a medianoche
    buscando a tientas la ventana;
    pero en la casa y sobre el mundo
    no había hermanos, madre, nada.

miércoles, 5 de junio de 2013

Otoño, Alegría - Selección Alberto Díaz Hermelo



Has entrado al otoño
me dijiste
y me sentí temblar
hoja encendida
que se aferra a su tallo
que se obstina
que es párpado amarillo
y luz de vela
danza de vida
y muerte
claridad suspendida
en el eterno instante
del presente.

martes, 4 de junio de 2013

Pleamar de amor, Gaos - Seleccion Alberto Diaz Hermelo


La tarde pastoral, de alterno cielo
rayos de tu tormenta desatados,
mas luego azul total, cielo amados,
me llena de pasión o de desvelo.

Asciendo así del tormentoso anhelo
a una paz de reposos entregados,
mas desciendo otra vez a los estados
mismos de que partí para mi vuelo.

¡Ay! esta indócil pleamar me inunda,
tarde mi frenética y liviana.
Déjame, pues, si, deja que me hunda

en este frenesí de lluvia vana.
Luego me elevare hasta ti, oh, profunda.
Luego serás mi primavera humana.

lunes, 3 de junio de 2013

En la mejilla, Broda - Selección Alberto Díaz Hermelo

en la mejilla la confesión relámpago
un. punto fijado lejos de
quien retrocede

jugué a las tabas
un. cuerpo desmembrado.
de luz.

ligado por sintaxis  -dolor. limo
del sueño que deposita

esa oscuridad a medida
que retrocede

domingo, 2 de junio de 2013

Presencia, Pacheco - Seleccion Alberto Diaz Hermelo

   

    ¿Qué va a quedar de mí cuando me muera
    sino esta llave ilesa de agonía,
    estas pocas palabras con que el día,
    dejó cenizas de su sombra fiera?

    ¿Qué va a quedar de mí cuando me hiera
    esa daga final? Acaso mía
    será la noche fúnebre y vacía
    que vuelva a ser de pronto primavera.

    No quedará el trabajo, ni la pena
    de creer y de amar. El tiempo abierto,
    semejante a los mares y al desierto,

    ha de borrar de la confusa arena
    todo lo que me salva o encadena.
    Más si alguien vive yo estaré despierto.

jueves, 30 de mayo de 2013

Insistencia de la ilusión, Gandía - Seleccion Alberto Diaz Hermelo



Su ser es ya memoria sin progresión posible.
Un espacio vacío de estado silencioso
que retrae todo signo e idea que lo exprese.
Y todo es divergencia al intentar nombrarlo.

Si dura reducido a línea de ceniza
escrita o reflejada en un espejo roto,
un viento se levanta que niega su sentido.
Y de él queda la duda de una sombra borrada.

miércoles, 29 de mayo de 2013

La impasible María con erres, eles y eses, Hierro - Selección Alberto Díaz Hermelo

       

                                                                                                   Para Tacha

        Una esfinge pigmea. Se diría
        que no está aquí: no ve, ni oye, ni huele.
        Esta no es una Marta que currele,
        sino María de la fantasía.

        Susurra. Hormiga china, todavía
        no distingue la erre de la ele.
        Posiblemente un día se rebele
        su Marta agazapada en su María.

        Entonces, cara y cruz por siempre unidas,
        sin eses de costuras descocidas,
        Martamaría cantará su dúo.

        Pero mientras no ocurra tal encuentro
        es un búho que mira desde dentro
        de un búho que está dentro de otro búho.

martes, 28 de mayo de 2013

Lluvia estival, Segovia - Seleccion Alberto Diaz Hermelo



En la apartada noche ya sin nadie,
tibia, agitada, leve cae la lluvia,
sola para sí sola.

Íntima bailarina por la noche,
misteriosa, alocada,
gime allá, vuela, ahoga aquí una risa,
caprichosa musita, se interrumpe,
juguetona, inquietante,
viene y va, calla, desde lejos torna
con sonreídas lágrimas,
va a decir algo que en suspiro muere.

Y huyendo con susurros
y voces de sirena,
deja en el aire un mórbido perfume
de amor difunto en punzante recuerdo,

y en el alma el errático, incurable,
secreto amor de todas las derivas...

lunes, 27 de mayo de 2013

Algo más, Hidalgo - Selección Alberto Díaz Hermelo



Nunca he sabido si acaso la muerte
era algo más que tocar una rosa
y sentir que sus pétalos rojos
se ocultaban, de pronto, en la sombra.

Me he perdido de noche en un bosque
y vino a encontrarme la luz de la aurora,
y he comprendido que el sol encendido
dora de nuevo las lívidas lomas.

Porque la muerte no toca a los hombres
cuando en lo oscuro sus cuerpos se borran.
Sabe la tierra que late su entraña,
sabe la noche que todo retorna.

Sólo los hombres no saben. Pensamos
que el corazón es igual que la rosa.

sábado, 25 de mayo de 2013

Frente al muro, Auster - Selección Alberto Díaz Hermelo

Frente al muro
adivina la monstruosa
suma de pormenores.

No es nada.
y es todo lo que él es.
Y si él
nada fuera, déjalo empezar
donde se encuentre a sí mismo,
y como cualquier otro hombre
que aprenda el habla del lugar.

Pues también él
vive en el silencio
que viene antes de la palabra
de sí mismo.

jueves, 23 de mayo de 2013

Buenos días, mundo., Lizalde - Seleccion Alberto Diaz Hermelo


Me alegra verte afuera al despertar.
Celebro que no hayas
-la ocasión la pintan calva-
aprovechado el manto de la noche maldita
para irte por siempre al inframundo.
También me reconforta
que aún te habiten pájaros cantores,
meistersinger del bosque en el jardín;
que el sol severo nos escalde aún
y nos torture el rudo ozono
-como todos los días-.

Soñé que te habías ido,
conmigo hacia el infierno
y que se habían quedado aquí
sin mundo todas las demás criaturas:
piedras, grajos, insectos o personas.
Te veo tan grande y bello,
que me río de los siniestros solipsistas
de antaño.
No has de esfumarte cuando yo me extinga.
Canto tu salud de hierro,
tu verde corazón y tu estructura
de granito.
Buenos días, querido, hermoso mundo.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Magia de la noche, Linares - Selección Alberto Díaz Hermelo



Era la noche cálida como lo son tus ojos,
gruta de magia blanca era la noche.
Era la noche cómplice, bajo qué estrellas rotas
cobijamos el sueño de una noche,
de un verano sin noche, de un instante tan hondo
que era nada la vida aquella noche.
Galerías secretas de tus ojos sin bruma,
su nocturno fulgor, su brillo intacto.
Fresca rama tu risa golpeando mi pecho
en esa abierta herida de la noche.
Temblaban nuestras manos unidas en la noche,
y era noche el perfume de tu pelo,
y dolía mirarte como cuando hace frío
y quemaba en mi noche tu mirada.
Cuando besé tus labios, pareció arder la noche.
Igual que un corazón latió la noche.
y fue la noche nuestra y robamos la noche

martes, 21 de mayo de 2013

Me voy le dije al alba..., Cunha - Seleccion Alberto Diaz Hermelo



Me voy le dije al alba
Me voy me voy a la alborada

A mi mano derecha oí zorzales
A la zurda un caballo relinchaba

El saltamontes de cintura breve
Me saludó tres veces por la grama

Lento el arroyo su cuchillo nuevo
Cortaba largo a largo la mañana

lunes, 20 de mayo de 2013

Te esperaré del lado del silencio..., Durán - Selección Alberto Díaz Hermelo



Te esperaré del lado del silencio.
Entre las sombras de las lentas horas.
Te esperaré en el fondo de mis sueños
allí donde comienzan nuestras cosas.
En ese después del tiempo
donde podemos ser nosotros.
Desnudos, al fin, para los besos
más profundos y locos. Para la piel.
Te esperaré en la espuma del mar
interminable. Tú tocarás el aire
con mi cuerpo. Siempre vas a cantar
sabiendo que te espero.

domingo, 19 de mayo de 2013

¿Quién soñó que la belleza pasa como un sueño?, Yeats - Seleccion Alberto Diaz Hermelo

       

        ¿Quién soñó que la belleza pasa como un sueño?
        Por estos labios rojos, con todo su triste orgullo,
        tan tristes ya, que ninguna maravilla pueden presagiar,
        Troya se nos fue con destello fúnebre y violento
        y murieron los hijos de Usna.

        Desfilamos, y desfila con nosotros el mundo atareado
        entre las almas de los hombres, que se despiden y ceden su puesto
        como las pálidas aguas en su glacial carrera;
        bajo estrellas que pasan, espuma de los cielos,
        sigue viviendo este rostro solitario.

        Inclinaos, arcángeles, en vuestra sombría morada:
        Antes de que existierais y antes de que ningún corazón latiera,
        rendida y amable permanecía junto a su trono;
        la belleza hizo que el mundo fuera una se

sábado, 18 de mayo de 2013

Casi podría decirte..., Matute - Selección Alberto Díaz Hermelo



Casi podría decirte
devorada por la angustia
me asomo
a la vieja cueva prohibida
donde habitan
-libres y crueles-
mis monstruos, mis fantasmas,
los antiguos dioses
que me reservan un castigo inevitable.

Apenas un momento
los observo
y sus voces dispersas
se unen
llamándome con su canto de sirenas.

Entre lágrimas
cumplo con el rito silencioso
-madre-
y vuelvo de nuevo
a cerrar esa puerta.

viernes, 17 de mayo de 2013

Del amor navegante, Marechal - Seleccion Alberto Diaz Hermelo



Porque no está el Amado en el Amante
Ni el Amante reposa en el Amado,
Tiende Amor su velamen castigado
Y afronta el ceño de la mar tonante.

Llora el Amor en su navío errante
Y a la tormenta libra su cuidado,
Porque son dos: Amante desterrado
Y Amado con perfil de navegante.

Si fuesen uno, Amor, no existiría
Ni llanto ni bajel ni lejanía,
Sino la beatitud de la azucena.

¡Oh amor sin remo, en la Unidad gozosa!
¡Oh círculo apretado de la rosa!
Con el número Dos nace la pena.

jueves, 16 de mayo de 2013

Recuéstate a mi brazo..., Debravo - Seleccion Alberto Diaz Hermelo



Recuéstate a mi brazo.
La sangre que por mis venas se desliza
posee, algunas veces, deliciosos secretos.
Afuera son las cinco de la tarde,
pero en mi alma se han quedado inmóviles las horas.

Y no olvides
que he recogido todo el fuego de la tierra
para entibiar las casas que tú habites
y calentarte el alma en las noches de lluvia.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Apología, Wilde - Selección Alberto Díaz Hermelo



¿Es tu voluntad que yo crezca y decline?
     Trueca mi paño de oro por la gris estameña
y teje a tu antojo esa tela de angustia
     cuya hebra más brillante es día malgastado.

¿Es tu voluntad -Amor que tanto amo-
     que la Casa de mi Alma sea lugar atormentado
donde deban morar, cual malvados amantes,
     la llama inextinguible y el gusano inmortal?

Si tal es tu voluntad la he de sobrellevar
     y venderé ambición en el mercado,
y dejaré que el gris fracaso sea mi pelaje
     y que en mi corazón cave el dolor su tumba.

Tal vez sea mejor así -al menos
     no hice de mi corazón algo de piedra,
ni privé a mi juventud de su pródigo festín,
     ni caminé donde lo Bello es ignorado.

martes, 14 de mayo de 2013

Historia, Varela - Seleccion Alberto Diaz Hermelo



puedes contarme cualquier cosa
creer no es importante
lo que importa es que al aire mueva tus labios
o que tus labios muevan el aire
que fabules tu historia tu cuerpo
a toda hora sin tregua
como una llama que a nada se parece
sino a una llama

lunes, 13 de mayo de 2013

Villancico, Encina - Selección Alberto Díaz Hermelo



Madre, lo que no queréis,
vos a mí no me lo deis.

Que bien veis que no es razón
que cative el coraçón
y que ponga mi afición
con quien vos aborrecéis.

Para vos buscáis amores
los más moços y mejores,
y a mí daisme los peores,
los más viejos que podéis.

Si queréis que bien os quiera
y havéis gana que no muera,
en cosa tan lastimera
vos a mí no me habléis.

Fin

Donde no hay contentamiento
siempre bive el pensamiento
lastimado de tormento,
como vos muy bien sabéis.

Mujer y gata, Verlaine - Selección Alberto Díaz Hermelo

       

        La sorprendí jugando con su gata,
        y contemplar causóme maravilla
        la mano blanca con la blanca pata,
        de la tarde a la luz que apenas brilla.

        ¡Como supo esconder la mojigata,
        del mitón tras la negra redecilla,
        la punta de marfil que juega y mata,
        con acerados tintes de cuchilla!

        Melindrosa a la par por su compañera
        ocultaba también la garra fiera;
        y al rodar (abrazadas) por la alfombra,

        un sonoro reír cruzó el ambiente
        del salón... y brillaron de repente
        ¡cuatro puntos de fósforo en la sombra!

domingo, 12 de mayo de 2013

Escrito en blanco, Mitre - Selección Alberto Díaz Hermelo



Nieva esta nieve
como a veces se hablan
hombres y mujeres.
Continua
                      mente
                                           instantánea
nieva por primera vez siempre
como se miran los que se aman.

Nieva como la única cosa
real que sucede.

Y corren los niños para tocarla
y tras ellos las palabras
frágiles como la nieve
pendiente
                            de una mirada.

sábado, 11 de mayo de 2013

XVIII - El alfiler de Eva loca..., Marti - Selección Alberto Díaz Hermelo



El alfiler de Eva loca
Es hecho del oro oscuro
Que le sacó un hombre puro
Del corazón de una roca. 

Un pájaro tentador
Le trajo en el pico ayer
Un relumbrante alfiler
De pasta y de similar. 

Eva se prendió al oscuro
Talle el diamante embustero:
Y echó en el alfiletero
El alfiler de oro puro.

viernes, 10 de mayo de 2013

Confesión en negro, Uceda - Selección Alberto Díaz Hermelo



Ahora puedo decir: esto era
la mayor parte de la vida. Lamento
sin embargo, aunque no
con excesiva pena,
no haber tenido nunca un dormitorio,
aunque por otra parte,
qué podía yo hacer con tantos muebles
y con tanta madera arrebatada
a aquellas tierras en donde nació...
                  Fue roja mi primera cama.
                  Tenía una plaquita, de San José y el Niño,
                  en el pequeño cabezal.
                  Recuerdo todavía
                  a los mayores discutiendo
                  que su compra era urgente pues la niña
                  no cabía en la cuna.
Fué peor
no acceder a los libros que, mudos, me llamaban
porque venían y se iban
más lejos cada vez. Igual que mis amigos,
que mis casas, que las viejas butacas,
que los paisajes encontrados.
                  Quién sabe todavía
                  en qué casa, en qué cuarto moriré.
Sin embargo, me alegro
de haber tenido, en USA, tres objetos: la boina
de hielo del dolor
de cabeza, el teléfono blanco
-en mi tierra eran negros-
de Mirna Loy, y haber averiguado
lo que desayunaban, en altas copas cristalinas,
las heroínas y los héroes
del cine. Eran pomelos: esa fruta
cuyo amargor no puedo soportar.

¿Y del amor? Punto y aparte.
Los quise. Me quisieron:
todos fueron mis gatos. Y hubo también tres perros.
Lo sé: no ha sido tan terrible.

jueves, 9 de mayo de 2013

En la desnuda tierra del camino..., Machado - Seleccion Alberto Diaz Hermelo


En la desnuda tierra del camino
la hora florida brota,
espino solitario,
del valle humilde en la revuelta umbrosa.

El salmo verdadero
de tenue voz hoy torna
al corazón, y al labio,
la palabra quebrada y temblorosa.

Mis viejos mares duermen; se apagaron
sus espumas sonoras
sobre la playa estéril. La tormenta
camina lejos en la nube torva.

Vuelve la paz al cielo;
la brisa tutelar esparce aromas
otra vez sobre el campo, y aparece,
en la bendita soledad, tu sombra.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Hombre con violín, Conde - Seleccion Alberto Diaz Hermelo


Esos hombres del violín llevan su voz en el brazo
como la vena firme de una canción muchacha.
Van celándola dulces, con los ojos cerrados,
todos brasa y suspiro del ensueño que llueve
diminuto rocío de aprisionadas flores
en los cuerpos fragrantes de tus violines músicos,
aun con hojas y aromas del encendido bosque.

Un violín es la voz de una fuente con viento
a la que brizan ásperos y dulcísimos soplos,
lo sabe quien lo pulsa, y flotan sus cabellos
como hierba que sube por el tronco de un árbol,
mientras la mano empuja hacia el cielo las cuerdas
y la otra recorre con el arco un zodíaco.

En rubio; huele a nardo en la noche con luna,
y de jazmines siembra la abandonada tarde.
Tan delgado y ligero como fueron las ninfas,
sinuoso y con algas, como verde sirena.
Es la voz que prefiere la primavera fría.
Y al otoño le cuenta que se fueron las aves.
Los cipreses la exhalan. El calor de los vuelos
en los violines junta con las plumas los nidos.

martes, 7 de mayo de 2013

Corona, Celan - Selección Alberto Díaz Hermelo



En mi mano el otoño come su hoja: somos amigos.
Extraemos el tiempo de las nueces y le enseñamos a caminar:
regresa el tiempo a la nuez.

En el espejo es domingo,
en el sueño se duerme,
la boca dice la verdad.

Mi ojo asciende al sexo de la amada:
nos miramos,
nos decimos palabras oscuras,
nos amamos como se aman amapola y memoria,
nos dormimos como el vino en los cuencos,
como el mar en el rayo sangriento de la luna.

Nos mantenemos abrazados en la ventana, nos ven desde la calle:
tiempo es de que se sepa,
tiempo es de que la piedra pueda florecer,
de que en la inquietud palpite un corazón.
Tiempo es de que sea tiempo.

Es tiempo.

lunes, 6 de mayo de 2013

Di adiós, adiós, adiós..., Joyce - Selección Alberto Díaz Hermelo



Di adiós, adiós, adiós,
     Di adiós a tus días de doncella,
El venturoso Amor ha venido a cortejarte
     Y a cortejar tus usos de doncella.
El ceñidor que te sienta soberbio,
La redecilla sobre tu áureo pelo,

Cuando hayas escuchado su nombre
     Por encima de las trompetas de los querubines
Comienza tiernamente a desceñir
     Tu pecho de doncella para él,
Y tiernamente a retirar la redecilla,
     Que es el emblema de tu doncellez.

domingo, 5 de mayo de 2013

Ellos, Cabral - Selección Alberto Díaz Hermelo



Ellos no tienen lecho,
pero sus manos
son las que hicieron nuestras casas.

Ellos comen cuando pueden
pero por ellos comemos cuando queremos.

Ellos
son zapateros pero están descalzos.

Ellos nos visten pero están desnudos.

Ellos
son los dueños del aire cuando manejan alas,
mas son los limosneros del aire de la tierra.

Ellos no hablan,
tienen palabras vírgenes... Hacen nuevo lo viejo...

La mañana lo sabe y los espera...

sábado, 4 de mayo de 2013

Ceniza, Iglesias - Seleccion Alberto Diaz Hermelo


Sólo aguas en tregua
nacidas para ser ceniza múltiple del viento.

Ya ves qué paradoja
                                     amor, qué despropósito,

quería ser ave fénix,
                                   amor, qué engaño,
                                              qué fraude sustentaba mi proyecto,

quería volver como un corcel glorioso,
                                               como un crepúsculo de llama
                                                                                        recurrente
y amanecer contigo en lo absoluto.

Me he muerto tan despacio como el humo
y mis alas de barro no sabían volar.

viernes, 3 de mayo de 2013

Codicilo para un duelo, Izquierdo - Selección Alberto Díaz Hermelo



Las flores cuyos nombres olvidamos,
esta conversación que mantenemos
y el silencio por el que discurrimos
son la ilusión del tiempo que sumamos,
la anamnesia de a qué pertenecemos
y el ser que, si presente, inadvertimos.
Somos el eco en curso hacia la ausencia
de imágenes con alma, la conciencia
de una vida que apenas intuimos.

jueves, 2 de mayo de 2013

Ayer, al anochecer, Hugo - Selección Alberto Díaz Hermelo



Las sombras descendían, los pájaros callaban,
la luna desplegaba su nacarado olán.
La noche era de oro, los astros nos miraban
y el viento nos traía la esencia del galán.

El cielo azul tenía cambiantes de topacio,
la tierra oscura cabello de bálsamo sutil;
tus ojos más destellos que todo aquel espacio,
tu juventud más ámbar que todo aquel abril.

Aquella era la hora solemne en que me inspiro,
en que del alma brota el cántico nupcial,
el cántico inefable del beso y del suspiro,
el cántico más dulce, del idilio triunfal.

De súbito atraído quizá por una estrella,
volviste al éter puro tu rostro soñador...
Y dije a los luceros: "¡verted el cielo en ella!"
y dije a tus pupilas: "¡verted en mí el amor!"

miércoles, 1 de mayo de 2013

Camina bella, como la noche..., Byron - Selección Alberto Díaz Hermelo



Camina bella, como la noche
De climas despejados y de cielos estrellados,
Y todo lo mejor de la oscuridad y de la luz
Resplandece en su aspecto y en sus ojos,
Enriquecida así por esa tierna luz
Que el cielo niega al vulgar día.

Una sombra de más, un rayo de menos,
Hubieran mermado la gracia inefable
Que se agita en cada trenza suya de negro brillo,
O ilumina suavemente su rostro,
Donde dulces pensamientos expresan
Cuán pura, cuán adorable es su morada.

Y en esa mejilla, y sobre esa frente,
Son tan suaves, tan tranquilas, y a la vez elocuentes,
Las sonrisas que vencen, los matices que iluminan
Y hablan de días vividos con felicidad.
Una mente en paz con todo,
¡Un corazón con inocente amor!

martes, 30 de abril de 2013

Invisibles, Burriel - Selección Alberto Díaz Hermelo

                                                        

La arena se refugia en el enigma
de sus ojos,
                        la lluvia
resbala por la piel,
como las lágrimas del día
que incumple su promesa,

como el refugio del recuerdo
cuando no sobrevive la esperanza.


Viajan donde la herida es invisible
y solo heredan
la sutileza del crepúsculo.

lunes, 29 de abril de 2013

Me llegabas en la brisa y en la espuma..., Buesa - Seleccion Alberto Diaz Hermelo



Me llegabas en la brisa y en la espuma,
tú, la perdida para siempre...
Tú, la que ennoblecías el sabor del recuerdo,
que ahora llegas más casta y más ausente...

Me llegas en el viento que huele a lejanía,
me llegas en la sal que sabe a muerte,
tú, sombra arrinconada en un silencio;
tú, la perdida para siempre...

Ya no sé por qué sordo camino de la ausencia
bajo que estrellas moribundas vienes,
con los pies inseguros llenos de polvo y de rocío,
tú, la perdida para siempre...

domingo, 28 de abril de 2013

Canto para acunar, Blake - Selección Alberto Díaz Hermelo



Dulces sueños, formad una pantalla
Sobre la linda cabeza de mi niño;
dulces sueños de agradables corrientes
bajo rayos de luna felices y silenciosos.

Dulce sueño, que tus cejas tejan
con suave felpa una corona infantil;
dulce sueño, Ángel terso,
fluctúa sobre mi niño dichoso.
Dulces sonrisas, durante la noche
meceos sobre mi encanto;
dulces sonrisas, sonrisas de Madre,
cautivad la noche interminable.
Dulces lamentos, suspiros de paloma,
no alejéis el letargo de tus ojos,
dulces lamentos, sonrisas aún más dulces,
cautivad todos los lamentos de paloma.
Duerme, duerme, niño afortunado,
que toda la creación duerme y sonríe;
duerme, duerme felices sueños,
mientras tu madre llora sobre ti.

Dulce bebé, en tu rostro
puedo discernir la santa imagen;
dulce bebé, otrora como tú
yacía tu hacedor y lloraba por mí.

Lloró por mí, por ti, por todos
cuando era apenas un pequeñito.
Su imagen siempre verás,
rostro celestial que sobre ti sonríe,
A ti, a mí, a todos les sonríe;
quien se volvió un pequeñito.
Las sonrisas infantiles son sus mismas
sonrisas;
y cautivan con paz el cielo y la tierra.

sábado, 27 de abril de 2013

La casa en ruinas, Baquero - Seleccion Alberto Diaz Hermelo



                                                  Une rose dans les ténèbres
                                                                                                S. M.

Hoy he vuelto a la casa donde un día
mi infancia campesina conociera
el pavor y la extraña melodía
de encontrar otra vez lo que muriera.

Ya nada atemoriza, nada altera
el ritmo de la sangre. Aquí vivía
(cuando era mi vida primavera)
la que a los niños en dioses convertía.

Vacío el caserón, rotas las jarras
que las rosas colmaron de belleza,
en vano vine en busca de mí mismo:

todo es inútil ya, perdidas las amarras,
y vencedoras las ruinas, es la pobreza
la única rosa nacida en el abismo.

jueves, 25 de abril de 2013

A la luz de tu sombra conmovida..., Augier - Seleccion Alberto Diaz Hermelo


A la luz de tu sombra conmovida
deja de escuchar a tantas voces tuyas,
me quedaré desnudo de silencio
cuando me des tu intimidad desnuda.

Los recuerdos que corren por tu sangre
Te han dejado fragante de ternura,
Fuerte eternidad estremecida
Y el color secular que te circunda.

La nostalgia se sube a tus arcadas
Para soñar el sol su ansia madura;
Mientras las ramas verdes te acarician
En el temblor henchido por la lluvia.

Para las sombras de tus corredores
Son mis palabras como sombras mudas
Que quieren saturarse de tus ecos
Y saturan tu paz de albas futuras.

miércoles, 24 de abril de 2013

Compañeros, March - Selección Alberto Díaz Hermelo



                                                       "...Mal vestido y triste,
                                voy caminando por la calle vieja".
                                                                            A. Machado
                             

Y yo te acompaño. Voy contigo. Hablamos.
No nos separa nada: ni distancia, ni sexos.
Vamos del brazo juntos, caminando
como dos compañeros.
A veces te detienes. Levantas la cabeza.
Miras, sin ver, el cielo.
Y es como una cascada
de luz sobre mis hombros tu silencio.
Sonríes contemplando
la inmensa soledad del campo abierto,
y dices algo hermoso
sobre el río, los álamos, el pueblo...

martes, 23 de abril de 2013

Tu compañía, Dalton - Selección Alberto Díaz Hermelo



Cuando anochece y tibia
una forma de paz se me acerca,
es tu recuerdo pan de siembra, hilo místico,
con que mis manos quietas
son previsoras para mi corazón

Diríase: para el ciego lejano
¿qué más dará la espuma, el polvo?

Pero es tu soledad la que puebla mis noches,
quien no me deja solo, a punto de morir.
Somos de tal manera multitud silenciosa...

lunes, 22 de abril de 2013

De noche, los domingos, Espejo - Seleccion Alberto Diaz Hermelo



De noche, los domingos son más tristes.
Ayuda la impresión bobalicona
de la distante luna, cuyo velo de flema
irreal se contagia:
las familias se arropan a la lumbre
eléctrica, o apuran
los restos de la cena quedamente,
pensando ya en la paz merecida del catre;
descienden el telón de las persianas
y se rinden al sueño de sí mismas.

"Que nadie nos moleste"
digo entonces,
"vámonos a un rincón".
Me aprietas silenciosa. Tú también tienes frío.
Pero los dos sabemos que quizás
sea mejor así,
caminar solitarios los recodos del pueblo
y a espaldas del convento
-piedras despellejadas con verdín-
nuevamente entregarnos en un culto
feliz porque salvaje:
                                         dos mamíferos
que luchan contra el medio por conservar no más
que su sangre caliente.

Aquí sentada así..., Durán - Selección Alberto Díaz Hermelo



Aquí sentada así
compartiendo tu mesa.
Bebemos vino frío
y pelamos nuestras pieles
como frutas
aturdidas de sol.
Salgamos a la calle.
Digámosle a la gente
que tú y yo
habitamos el limpio
territorio del amor.
Cantemos esa suave
canción de la ternura
mientras enciendes
el motor de la rutina.

domingo, 21 de abril de 2013

Bécquer - Seleccion Alberto Diaz Hermelo

¿Será verdad que cuando toca el sueño
con sus dedos de rosa nuestros ojos,
de la cárcel que habita huye el espíritu
en vuelo presuroso?

¿Será verdad que, huésped de las nieblas,
de la brisa nocturna al tenue soplo,
alado sube a la región vacía
a encontrarse con otros?

¿Y allí desnudo de la humana forma,
allí los lazos terrenales rotos,
breves horas habita de la idea
el mundo silencioso?

¿Y ríe y llora y aborrece y ama
y guarda un rastro del dolor y el gozo,
semejante al que deja cuando cruza
el cielo un meteoro?

Yo no sé si ese mundo de visiones
vive fuera o va dentro de nosotros:
Pero sé que conozco a muchas gentes
a quienes no conozco.

sábado, 20 de abril de 2013

Eros es el agua, Belli - Selección Alberto Díaz Hermelo


Entre tus piernas
el mar me muestra extraños arrecifes
rocas erguidas corales altaneros
contra mi gruta de caracolas concha nácar
tu molusco de sal persigue la corriente
el agua corta me inventa aletas
mar de la noche con lunas sumergidas
tu oleaje brusco de pulpo enardecido
acelera mis branquias los latidos de esponja
los caballos minúsculos flotando entre gemidos
enredados en largos pistilos de medusa.
Amor entre delfines
dando saltos te lanzas sobre mi flanco leve
te recibo sin ruido te miro entre burbujas
tu risa cerco con mi boca espuma
ligereza del agua oxigeno de tu vegetación de clorofila
la corona de luna abre espacio al océano
De océano los ojos plateados
fluye larga mirada final
y nos alzamos desde el cuerpo acuático
somos carne otra vez
una mujer y un hombre
entre las rocas.

viernes, 19 de abril de 2013

Final del año, Borges - Selección Alberto Díaz Hermelo



Ni el pormenor simbólico
de reemplazar un tres por un dos
ni esa metáfora baldía
que convoca un lapso que muere y otro que surge
ni el cumplimiento de un proceso astronómico
aturden y socavan
la altiplanicie de esta noche
y nos obligan a esperar
las doce irreparables campanadas.
La causa verdadera
es la sospecha general y borrosa
del enigma del Tiempo;
es el asombro ante el milagro
de que a despecho de infinitos azares,
de que a despecho de que somos
las gotas del río de Heráclito,
perdure algo en nosotros:
inmóvil.

jueves, 18 de abril de 2013

De otoño, Dario - Seleccion Alberto Diaz Hermelo



Yo sé que hay quienes dicen: ¿Por qué no canta ahora
con aquella locura armoniosa de antaño?
Ésos no ven la obra profunda de la hora,
la labor del minuto y el prodigio del año.

Yo, pobre árbol, produje, al amor de la brisa,
cuando empecé a crecer, un vago y dulce son.
Pasó ya el tiempo de la juvenil sonrisa:
¡Dejad al huracán mover mi corazón!

miércoles, 17 de abril de 2013

Interior, Lorca - Seleccion Alberto Diaz Hermelo



No quiero ser poeta,
ni galante.
¡Sábanas blancas donde te desmayes!

No conoces el sueño
ni el resplandor del día.
Como los calamares,
ciegas desnuda en tinte de perfume.
Carmen

martes, 16 de abril de 2013

El breve amor, Cortazar - Selección Alberto Díaz Hermelo



Con qué tersa dulzura
me levanta del lecho en que soñaba
profundas plantaciones perfumadas,

me pasea los dedos por la piel y me dibuja
en el espacio, en vilo, hasta que el beso
se posa curvo y recurrente,

para que a fuego lento empiece
la danza cadenciosa de la hoguera
tejiéndose en ráfagas, en hélices,
ir y venir de un huracán de humo...

¿Por qué, después,
lo que queda de mí
es sólo un anegarse entre las cenizas
sin un adiós, sin nada más que el gesto
de liberar las manos?

lunes, 15 de abril de 2013

No está el aire propicio para estampar mejillas..., Diego - Selección Alberto Díaz Hermelo





No está el aire propicio para estampar mejillas.
Se borraron la flechas que indicaban la ruta
más copiosa de pájaros para los que agonizan.
Se arrastran por los suelos nubes sin corazón
y a la garganta trepa la impostura del mundo.

No está el aire propicio para cantar tus labios,
tu nuca en desacuerdo con las leyes de física
ni tu pecho de interna geografía afectuosa.
Las tijeras gorjean mejor que las calandrias
y no vuelven ya nunca si remontan el vuelo
y aquí en mi cercanía tres libros se aproximan,
abiertos en la página donde muere una reina.

Qué dulce despertar el del amor que existe
y qué existencia clara la del ojo que duerme,
velado por las alas remotas de los párpados.

Pétalos de difuntas miradas, llueven, llueven
y llueven, llueven, llueven. Me sepultan los pies,
las rodillas, el vientre, la cintura, los hombros.
Van a enterrarme vivo; van a enterrarme vivo;

No está el aire propicio para soñar contigo.

domingo, 14 de abril de 2013

Madrigal, Diego - Selección Alberto Díaz Hermelo



A Juan Ramón Jiménez

Estabas en el agua
                    estabas que yo te vi

Todas las ciudades
                            lloraban por ti
                            Las ciudades desnudas
           balando como bestias en manada.

A tu paso
              las palabras eran gestos
como éstos que ahora te ofrezco

Creían poseerte
porque sabían teclear en tu abanico

Pero
            No

     no estabas allí

Estabas en el agua
                              que yo te vi.

sábado, 13 de abril de 2013

Poema Whitmaníaco, Ginsberg - Seleccion Alberto Diaz Hermelo




Nosotros niños, nosotros
                    colegiales,
Chicas de América
       obreros, estudiantes
dominados por la lujuria

Baño en cueros, Barral - Selección Alberto Díaz Hermelo



Haberlo vivamente deseado y verlas
pisar el agua que la luna enturbia
y estarlas a mirar; los cuerpos blancos
romper la sombra del metal luciente
-desnudo universal, desnudo hasta la muerte-
y quedarse indeciso, en pie, en lo oscuro,
como un viejo marino sospechando un tiempo
súbitamente aventuroso, y, luego,
olvidando los restos de la cena triste
con guitarra y golletes salivosos,
entrar a carga de animal entero
llamado por el agua o por los cuerpos.

Corre hasta el filo castrador del frío,
agua como de espadas.
                                            Las estatuas
se ablandan entre risas, en la espuma.

Hacia el final, Guillén - Selección Alberto Díaz Hermelo



Llegamos al final,
A la etapa final de una existencia.

¿Habrá un fin a mi amor, a mis afectos?
Sólo concluirán
Bajo el tajante golpe decisivo.

¿Habrá un fin al saber?
Nunca, nunca. Se está siempre al principio
De una curiosidad inextinguible
Frente a infinita vida.

¿Habrá un fin a la obra?
Por supuesto.
Y si aspira a unidad,
Por la propia exigencia del conjunto.
¿Destino?
No, mejor: la vocación
Más íntima.

jueves, 11 de abril de 2013

Impressions de théatre, Wilde - Seleccion Alberto Diaz Hermelo



Fabien dei Franchi

                                                                    A mi amigo Henry Irving

La silenciosa estancia, la pesada sombra avanzando furtiva,
      los muertos inmóviles viajando, la puerta que se abre,
      el hermano asesinado que levita a través del piso,
los blancos dedos del fantasma posados en tus hombros
y luego, el duelo solitario en el valle,
      las rotas espadas, el ahogado grito, la sangre,
      tus magníficos ojos vengativos cuando todo ha pasado.
Están bien esas cosas; ¡pero tú fuiste hecho
      para más augustas creaciones! Lear enloquecido
      debería a tu arbitrio vagar por el brezal nativo
      con el tonto ruidoso que se mofa; Romeo
por ti atraería su amor, y el miedo desesperado
sacaría de su vaina la daga cobarde de Ricardo.
      ¡Tú, presto instrumento al soplo de los labios de Shakespeare!

Phedre

A Sarah Bernhardt

Qué vano y qué tedioso nuestro mundo ordinario parecerá
      a alguien Como tú, que en Florencia
habrías conversado con Mirandola, o caminado
entre los frescos olivares de Academos:
habrías recogido cañas de la verde corriente
      para la aguda flauta de Pan, pies de cabrito,
      y tocado con las blancas niñas en el valle Feacio
donde el grave Odiseo de su profundo sueño despertara.

¡Ah!, en verdad, una urna de ática arcilla 4
       guardó tu polvo pálido, y has venido otra vez
       a este mundo ordinario, tedioso y vano,
fatigada de los días sin sol,
       de campos rebosantes de asfódelos insípidos,
       de labios sin amor, con que besan los hombres en el Infierno.

Versión de E. Caracciolo Trejo
Edición de Libros Río Nuevo 2001

Éxodo, Pacheco - Selección Alberto Díaz Hermelo



En lo alto del día
eres aquel que vuelve
a borrar de la arena la oquedad de su paso;
el miserable héroe que escapó del combate
y apoyado en su escudo mira arder la derrota;
el náufrago sin nombre que se aferra a otro cuerpo
para que el mar no arroje su cadáver a solas;
el perpetuo exiliado que en el desierto mira
crecer hondas ciudades que en el sol retroceden;
el que clavó sus armas en la piel de un dios muerto
el que escucha en el alba cantar un gallo y otro
porque las profecías se están cumpliendo: atónito
y sin embargo cierto de haber negado todo;
el que abre la mano
                                      y recibe la noche.